“Ser ese corazón que arde, como la zarza ardiente, arde pero no se consume…”

lunes, 5 de septiembre de 2011

¿Y LOS JÓVENES?


Ya no estoy impresionado de escuchar cualquier parte, que los jóvenes de ahora son así, que nunca estuvieron tan mal, que la sociedad se ha transformado, esto o aquello... Quejas y más quejas. Pero yo siempre me pregunto será que sólo los jóvenes son culpable de tales aseveraciones? O acaso, no se han puesto a pensar que entre ellos están sus hijos o nietos? Claro que sí, claro que forman parte de ese nucleo al cual tanto critican.

Te has puesto ha pensar alguna vez, porqué tanta violencia en la juventud, porqué se refugian en las drogas o en el alcohol? Porqué aumenta cada vez más la delincuencia infantojuvenil? Supongo que sí lo ha hecho, y has respondido también como todos de una manera similar. Pues, es por la falta de empleo, hay mucha inseguridad, mucha corrupción, que vuelva el servicio militar obligatorio (de la dictadura?), etc, etc.

Alguna razón has de tener, no lo voy a negar, pero yo creo que hay un problema de fondo sobre esta cuestión, hablo desde una perspectiva joven, quizás con la misma inquietudes de mis pares. Yo considero, y pongo la mano en el fuego, que esta juventud está como está por la falta de amor, así es, como has leido, falta de amor. Puede resultarte patético o descabellado, pero yo resumo a eso, el amor es fundamental en la vida del ser humano, y me estoy refiriendo al amor como valor, no mero sentimiento romántico. El amor desde una perspectiva espiritual, es trascendental en nuestras vidas. Imagínese a un joven que creció sin “conocer” a sus padres, pongo entre comillas, porque vive con sus padres, pero en realidad, vive en la casa de sus padres, pero no con ellos. Él vive con la “nana” o la niñera, porque se levanta a la mañana, sus padres ya salieron al trabajo, se va o le llevan ala escuela o al colegio, luego viene, se entretiene con sus quehaceres como jugar playstation, la compu o mirar la tele. Llega a la noche, se acuesta antes de que lleguen sus padres, ni siquiera sin haberles saludado, la semana tiene 7 días, de los cuales normalmente 6 son laborables, un día a la semana tiene para “conocerse” entre padres e hijos, suena cruel, son casos de tantos que existen. También se podría hablar de jóvenes emancipados o abandonados a temprana edad o huérfanos, cuyo desarrollo fuera de una familia “normal” sería mas cruel y desesperante aún.

Muchos padres piesan, porque le pongo o le doy todo su gusto a mis hijos ellos son felices, por cuanto tiempo? Otros dicen me mato trabajando para darle lo mejor. Está perfecto, pero no sería mejor trabajar y compartir con ellos, es decir, combinar; podés poner las empleadas o cuidadoras que quieras, y de absoluta confianza, puede ser tu mamá, un familiar o la suegra para que cuiden de tus hijos, pero nunca, en absoluto van a suplir ese apoyo, ese cariño que un papá o una mamá le pueda brindar a su hijo. Como diría un gran pensador lo que uno haga con su hijo nunca podrá ser pérdida de tiempo o de otra cosa, sino será una inversión. Para los que le gusta hablar de temas económicos, imagíne a su hijo como una invesión al capital, el hijo es el negocio perfecto, el capital que invierto qué son y de dónde lo saco? El capital que yo poseo está dentro de mi, no fuera de mi persona. Los afectos, los consejos, un momento de compartir como ir a la cancha o al cine, se imaginan como crecerá ese negocio (el hijo), el capital que invertí se multiplicarán, es decir, se transmitirá. Cuando llegue el tiempo de que uno se jubile lo hará con toda tranquilidad, porque sabe que la empresa se ha quedado en buenas manos, y que su administrador hará la misma inversión al negocio familiar, qué genial! Una familia ideal.

Siempre he puesto mi fe y mi esperanza en que si se logra restaurar la familia como nucleo armónico de la sociedad, constituida entre el varón, la mujer y los hijos, siempre habrá una esperanza de cambiar todo esos dramas sociales del que tanto se habla. Si yo joven, tengo a mis padres en momentos de dificultades, en mis momentos de alegría o de logros, crezco en la confianza y la comprensión, clave para un buen desarrollo.

Con todo esto, tampoco quiero dar a entender, en que lo mejor sería quedarnos todo el día a cuidar de los hijos, no! De ninguna manera. Si los padres no trabajaran de donde sacarían recursos para sus hijos, para ofrecerles una buena educación, salud, etc. Me refiero a que, apesar de que las cosas materiales son importantes en nuestras vidas, no son los fundamentales, me explico. Si yo tengo una educación de primerisma calidad, recurro para las consultas rutinarias a los mejores centros médicos, en mi casa tengo toda la tecnología de punta, pero si a la par de eso no se forja un compartir permanente entre padres e hijos, entre familia, esas cosas quedan sin sentido. Uno escucha, yo le envio a mi hijo a la institución mas prestigiosa de la capital, y mi hijo sería incapaz de hacer algo así, de cometer atrocidades en las calles, ni hechos bandálicos. Entonces, yo le pregunto a esa persona, pero qué hará Ud. si resultan verdades esas acusaciones? No fueron invensiones a fin de cuenta. Qué medidas tomará? Y bueno, le voy a dar un castigo ejemplar: le voy a quitar su jueguito, la tele, la compu y no va a salir a encontrarse con sus amigos por cierto tiempo, responde esa persona. Interesante, pero será que esas medidas ayudarán a su hijo, piensa Ud. que su hijo está muy ancioso por recuperar esas cosas?

Si yo fuera adulto tomaría otras medidas. En primer lugar me interpelaría a mi mismo, trataré de encontrar el trasfondo desde una perspectiva razonable y madura y ponerme en lugar del hijo, para ver si estoy haciendo bien mi responsabilidad como progenitor, que no es solamente ponerle todos los gustos, los lujos y detalles materiales a los hijos, sino va mucho mas allá de lo material: en una muestra de afecto, puede estar en un diálogo, puede estar en una muestra de cariño como felicitarle por un logro, en acompañarle a un lugar donde quiera irse, quizás al cine, a la cancha o a pescar, una serie situaciones donde uno puede conseguir por sobre todas las cosas, la confianza de sus hijos. Porque son detalles y momentos, que nunca perecen, nunca uno se olvida, queda en lo mas profundo del corazón. Y que puede ser uno de los detalles mas importante que no se podrá comprar con el dinero.

Los hijos son verdaderos diamantes para los padres, si los valoran como tal, y viceversa los padres para los hijos. Pero estos últimos sólo pueden dar de los que han aprendindos de sus grandes guías, sus padres. Como dice la frase de una canción: “Solo se da lo que recibe”, concuerdo plenamente, si yo padre quiero recibir amor, afectos de mis hijos, pues comencemos por sembrar con ellos esos valores, para que el día de mañana uno mire su jardín (la familia) y sea su logro mas preciado, que cuidó y dió sus abundantes frutos.

Bueno, para cerrar este tema, quisiera poner énfasis a la juventud sana, a esa juventud que crece y sueña con un futuro mejor, y que ya ha comenzado a construir desde ahora. Que día a dia se pone la camiseta del cuidadano responsable, modelo de lucha y perseverancia, quiero felicitarle a esa élite, la élite no por ser parte de una clase social o por pertenecer a cierta asociación, me refiero a ese pequeño nucleo que verdaderamente quiere ser la levadura de la masa, porque con sus ejemplos y fe moverán montañas, me uno a sus voces para gritar juntos, que un Paraguay diferente sí se puede construir, que se comienza por uno mismo, en los detalles, en hacer lo ordinario extraordinariamente bien, ese plus que damos vale mucho aunque uno no lo crea, porque si todo dieramos un poquito mas de lo que normalmente hacemos estaríamos muchos mas lejos ahora, pero de todos modos, nunca es tarde, hoy puede ser el gran día para ponernos la camiseta del verdadero jugador de la selección, donde cada día de nuestras vidas hay un partido importante que ganar, pues vamos! manos a la obra! Paraguay nos necesita.

Felicidades a toda la Juventud...